Dios merece lo mejor de ti. Él nos formó con un propósito y
espera que explotes al máximo lo que te ha dado. Él no quiere que envidies ni
te preocupes de las habilidades que no posees, sino que te enfoques y uses los
talentos que te ha dado. Cuando intentas servir a Dios de maneras para las que
no estás formado, es como meter un cubo a la fuerza dentro de un círculo, es
frustrante y produce resultados limitados. También es una pérdida de tu tiempo,
de tu talento y de tu energía.
La mejor manera de vivir tu vida es sirviendo a Dios de
acuerdo a tu forma, para lo cual debes descubrir tus dones, aprender a
aceptarlos y a disfrutarlos de modo que puedas desarrollarlos a su máxima
expresión. Descubre tu forma. La Biblia dice: “No actúes desconsideradamente,
sino trata de encontrar y hacer lo que sea que el Señor quiere que hagas”
(Efesios 5:17, BAD). No dejes que otro día se te vaya. Comienza a encontrar y
clarificar lo que Dios quiere que seas… y hazlo.
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